No todas las personas mayores comparten las mismas
necesidades, por lo que no todas las residencias ofrecen los mismos servicios,
de ahí por ejemplo la cada vez más amplia oferta de centros y residencias de
ancianos en Barcelona. La premisa es elegir la residencia que nos ofrece
mayores garantías de atención al residente para cubrir todas sus necesidades,
especialmente cuando hay un problema de salud o dependencia. No obstante, el
concepto de residencia para mayores ha cambiado mucho, y no siempre se opta por
vivir en ellas por motivos de salud o dependencia.
Al igual que en el resto de España los centros residenciales
para mayores han evolucionado para ofrecer una atención lo más personalizada
posible, adaptándose a las necesidades de los residentes. En el caso de las
residencias de ancianos en Barcelona la prueba más evidente son las distintas
alternativas que podemos encontrar, tanto para estancias temporales como permanentes.
Y es que, afortunadamente, el concepto de residencias de ancianos ha cambiado
notablemente en los últimos años. Algunas personas al llegar a la jubilación
optan por vivir en una residencia simplemente por mayor comodidad –por ejemplo,
la posibilidad de disponer de servicios comunes como alimentación, lavandería o
atención médica, entre otros-, pero sin perder su autonomía e independencia.
Así, por ejemplo, a las plazas convencionales en centros públicos y privados se
ha sumado la posibilidad de las viviendas o apartamentos independientes en
alquiler. Una alternativa que aúna las ventajas de vivir en nuestra propia casa
y las de contar, las 24 horas, con los servicios de atención básica y
asistencial, así como de una serie de zonas comunes (sala de estar, sala de
lectura, gimnasio…).
Apartamentos que, además, están acondicionados y adaptados a
las necesidades de los residentes. Una alternativa sin duda interesante a las
residencias de ancianos en Barcelona más convencionales, sobre todo en los
casos de las personas que, al llegar a la jubilación, se encuentran bien de
salud tanto física como mental y pueden valerse por sí mismas en el desempeño
de actividades cotidianas.
Independientemente de la elección final –residencia o
vivienda independiente- hay una serie de factores a tener en cuenta a la hora
de iniciar la búsqueda del que tiene que ser un segundo hogar para nuestros
mayores (la suma de una atención de calidad, confort y tranquilidad). Aspectos
como la accesibilidad de las instalaciones –por ejemplo, para desplazarse sin
problemas en silla de ruedas por las habitaciones y zonas comunes-, las
terapias y actividades de animación y estimulación o el contar con un equipo de
profesionales (médicos, enfermeras, trabajadores sociales, psicólogos, terapeutas…
) son algunas de las claves a considerar para valorar la calidad de las
residencias para mayores y para elegir la que ofrece el mejor servicio y
confort para la atención de los residentes, tanto de manera temporal como
permanente.
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